
Por: Jefferson Liñan Ponte
Alguna vez en nuestra vida hemos escuchado la frase “todo tiene su final”. Y si no la conocían, permítanme presentársela. Desde mi punto de vista, es de esas frases que contiene un alto nivel de emotividad que puede dejar reflexionando a cualquier persona por bastante tiempo.
Aunque puede llegar a sonar trágica, no siempre cumple ese rol. Para demostrarlo, es necesario contarles sobre el espectáculo ‘Una noche de ópera’ a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Inicio y fin
En principio, a más de uno le va a resultar difícil relacionar la frase con una presentación teatral. Es comprensible, dado que aparenta ser una analogía un tanto descabellada. Sin embargo, lo vivido por los espectadores aquella noche es un claro ejemplo que no todo final tiene que ser triste por más que la ópera presentada fuese una tragedia compuesta por Ruggero Leoncavallo.
Asimismo, puedo asegurar que el silencio que hubo esa noche fue sepulcral. No recuerdo haber visto un público tan expectante y concentrado esperando ansiosamente la salida al escenario de los artistas. No era para menos, estábamos ante una presentación muy diferente a sus similares. Tanto así que desde el momento en que el maestro Valcárcel dio la señal a sus músicos para el inicio fue imposible para más de uno perder la concentración hasta su final.
La ópera que se presentó en la velada fue Plagliacci. Estuvo llena de momentos en donde el amor rondaba por el ambiente. Donde la alegría, el miedo y la duda no podían faltar para hacer más emotiva la presentación. Y en donde el público vivió en carne propia como seis excelentes artistas como Andrés Veramendi, Dorian Lafebre, Humberto Zavalaga, Dangelo Díaz, Xavier Fernández y Royer Durand podían transportarnos por un mundo lleno de un sinfín de emociones y sentimientos encontrados.
Pero como mencioné líneas arriba, esos bellos momentos tenían que tener un desenlace. Y llegó cuando escuchamos La commedia é finita. Esa célebre línea nos indicaba que el término de la tragedia de Leoncavallo había llegado; sin embargo, la tristeza fue pasajera y el público desató un mar de aplausos llenos de euforia y satisfacción de haber podido presenciar tan grandioso espectáculo. Para el goce de nosotros y los artistas, fue un fin muy memorable.Y es que, nos guste o no, “todo tiene su final”.
Texto de Jefferson Liñan Ponte: jeffersonlinan@unmsm.edu.pe
Fotografía de Eliezer Benedetti Calvo: eliezer.benedetti@unmsm.edu.pe
El Club de Jóvenes Críticos es un programa del enfoque de Educación del Área de Públicos que se trabaja en colaboración con el @MediaLabUNMSM de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estudiantes de la escuela de Comunicación Social, participan del programa que les permite entrenarse en la crítica de artes escénicas, a partir de la investigación, observación de los procesos creativos y entrevistas con los artistas y/o elencos que se presentan en el Gran Teatro Nacional.
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